domingo, 7 de octubre de 2012

VIVALDI Y PIAZZOLLA JUNTOS EN EL TEATRO “SOLÍS”


Escribe Walter Ernesto Celina
walter.celina@adinet.com.uy  - walter.celina.hotmail.com -19.09.2012

Un repertorio inusual, de auténtica jerarquía artística, unió a dos compositores separados por un tiempo de dos siglos y medio.
Las 8 Estaciones  llegaron al Teatro “Solís” transportadas por el Ballet Contemporáneo del Teatro San Martín, de Buenos Aires.
Las Cuatro Estaciones de Antonio Vivaldi (1678-1741)  y las Cuatro Estaciones Porteñas de Ástor Piazzolla (1921-1992) no se conjuntaron por un golpe de azar.
Tienen un prolegómeno muy interesante. La fusión de las dos obras musicales había excitado la imaginación del experto musicólogo ucraniano Leonid Desyatnikov, director del Teatro Bolshoi, de Moscú. Pero fue Mauricio Wainrot, director del ballet porteño, quien en el año 2000 encontró, en Amberes (Bélgica), un disco compacto con las 8 Estaciones. La grabación correspondía al violinista Gidon Kremer. El hallazgo fascinó al coreógrafo, quien se dio a la labor de diseñar una danza moderna, armonizada con las dos notables partituras.
Sobre aquella interpretación, montó el espectáculo que moviliza unos treinta bailarines de ambos sexos, más maestros en técnicas clásicas y modernas, coreógrafos asistentes, videístas e iluminadores y una plantilla de otros especialistas. El equipo cuenta, como directora asociada, con la prestigiosa figura de Andrea Chinetti.
Eludo enunciar el impresionante currículum profesional de Wainrot. Destaco la movilización constante de una hora y diez minutos en que el elenco, de modo casi perfecto, realiza bellísimos movimientos. Ora trasuntando la intensidad de los tiempos en que Vivaldi como Piazzolla aplican sus soberbias energías, ora desatando inolvidables tersuras melódicas.
La Primavera vivaldiana -con su allegro inicial- abre el juego, siguiéndoles, por este orden: los Veranos, el de Piazzolla y el de Vivaldi; los Otoños, primero el porteño y luego el itálico; después los Inviernos -en igual forma- y, finalizando la Primavera, con toda la compañía, en un momento fulgurante.
La temática signada por este Opus 8, desde el nuevo milenio había imantado a la Orquesta de Cámara de la Scala de Milán, la que llevó estos sonidos a varios países europeos.
Ahora el ensamble del Teatro San Martín rompió aquel molde, con este trabajo pionero.
Incluidos en 1725 dentro de la antología El desafío de la Armonía y de la Invención, los cuatro conciertos de Vivaldi son considerados pilares de la música clásica. El compositor describe en estas piezas fases de la naturaleza que aluden a los despertares y se tensan en las hostilidades. Las Cuatro Estaciones Porteñas de Piazzolla se escribieron entre 1964 y 1970. Reúnen elementos propios del tango, ritmos de jazz y acentos clásicos. Si la música es un bien universal, digamos también que esta contribución bonaerense, universaliza la emoción y magia de lo rioplatense.-