sábado, 19 de julio de 2008

LA POESÍA LUNFARDA DE MARTINA IÑIGUEZ

Escribe Walter Ernesto Celina

De los homenajes a Carlos Gardel que han tenido lugar en Uruguay hubo uno particularmente interesante. Fue el que se celebrara en el Instituto Pedagógico, entidad emblemática de la docencia uruguaya.
Allí la investigadora argentina Martina Iñiguez dio a conocer las conclusiones de sus pesquisas en torno a la escolaridad que El Zorzal registrara en un centro educacional de Montevideo. A ello dediqué una nota informativa, con la anotación -importante, sin duda- que indicaba que la disertante ha de publicar un libro, aportando datos reveladores sobre la orientalidad del cantante rioplatense de todos los tiempos.

La segunda parte del evento tuvo una faceta distinta, aunque asociada a los valores del tango, al propio Gardel, a cuestiones de la letrística y a la dimensión del lunfardo para fundar una nueva poesía.
Asuntos de la cultura, bien ciertos, en los que no faltó la reivindicación de la mujer ante las desviaciones del machismo craso.
Martina Iñiguez abordó este atado de asuntos con el vigor del conocimiento y la soltura amena y precisa de su expresión.

Coincidiendo con la apreciación formulada por el ilustre maestro José Gobello, recordó que la introducción del lunfardo en la lírica del tango aparece con Mi noche triste, composición grabada por El Mago, en 1917. Baste recordar el verso inicial: “Percanta que me amuraste...”
Luego vendrán otras producciones, como las de Celedonio Esteban Flores, a las que Gardel dará difusión, exaltando esta forma de administrar el idioma.

La poetisa recordó qué es el lunfardo.
No es otro idioma, es una particularidad local del que hemos acogido como nuestro, esto es, del español (o castellano).
A propósito, una digresión: Gobello con Marcelo H. Oliveri desarrollaron la temática en la obra “Lunfardo. Curso básico y diccionario”. Lo definen como“un repertorio de vocablos”, diferenciado de la lengua común. No es, sin embargo, una lengua especial”, empleada tan solo por individuos ubicados en “circunstancias especiales”. Tampoco es “un argot de malhechores”, equivalente a los utilizados en diversos países por comunidades de delincuentes.
Gobello indica que su origen se gesta en los dialectos septentrionales italianos, siendo un vocabulario surgido al costado de la lengua común, en virtud de fenómenos socio-culturales. Por ello, “carece naturalmente de sintaxis”, de “reglas que ordenen la relación entre los diversos vocablos”.

En sus “Veinte poemas de lunfaumor y una canción desafinada”, publicados en 1993, en el soneto “Moraleja”, Iñiguez desafía la convención social cuando con gracia versifica:
Mi madre es un ejemplo de recato,/ de honradez, de cordura. Su compleja/ visión del bien y el mal sutil coteja/ lo frívolo, lo turbio y lo sensato.
Me induce a proceder sin arrebato / -que la frivolidad es muy diableja-/ alucina con tanta candileja/ y claudica en algún placer barato.
Despreciar siempre el vil concubinato/ con mesurado ímpetu aconseja, prefiriendo un honrado celibato.
Mas yo saqué mi propia moraleja:/
El vivir, es así bastante ingrato,/ por eso claudiqué. Lo siento, vieja.


La platea del Instituto Pedagógico celebró el soneto “Promesas”, que Martina Iñiguez diera a conocer en 1997 en “Lunfaneto”, labor prologada por Don José Gobello.
Para interpretarlo servirá auxiliarse de este vocabulario: batir equivale a sostener o confesar y, así, sucesivamente, primus a calentador a querosone; croqueta, cabeza; madama, regenta del prostíbulo; bulo, lugar donde se vive o duerme; piola, sabiamente; mishiadura, pobreza; ragú, hambre; mufa, malhumor o desgracia; miqueta, paliza o puñetazo.
Estos, ahora, son los versos lunfardos que recogieran amplios aplausos:
Me batió, vas a ser siempre la llama/ del primus que calcina mi croqueta,/ mi papusa, mi nena, mi pebeta,/ aunque estés más corrida que Madama.
Yo batí, voy a ser sólo tu dama,/ no perderé por otros la chaveta,/ zurciré con amor tu camiseta/ y aprenderé a guisar como tu mama.
¡Cuántas cosas juramos jeta a jeta...!
Él, ponerme un buen bulo con mucama/ y hacerme una señora con libreta.
Yo le juré bancar piola, sin drama/ mishiadura, ragú, mufa, miqueta...
¡Qué cosas se prometen en la cama!


waltercelina1@hotmail.com

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