LA BRONCA, PARIENTA DE LA LIBERTAD
Escribe Walter Ernesto Celina
waltercelina1@hotmail.com – 22.12.2009
Escribe Walter Ernesto Celina
waltercelina1@hotmail.com – 22.12.2009
Bronca, letra de Mario Batistella, data de 1962 y lleva música del cantante Edmundo L. Rivero, voz sobria y varonil del tango.
Precisa el investigador José Gobello que Rivero la interpretó en diversos lugares balnearios durante el verano de 1962-63, con la particularidad que al retornar a su labor en la Radio El Mundo, en marzo de 1963, se le informó que la irradiación de esa página había sido prohibida. Era presidente de la nación el Dr. José María Guido.”
En una precisa anotación -Todo Tango (págs. 65 a 67)-, Gobello proporciona el marco en que se da la interdicción.
Buenos Aires vivía en setiembre de 1962 un auténtico clima de guerra, siendo los militares colorados y azules quienes se disputaban la salvación del país…
El ascenso del general Onganía se daba en medio de combates en Plaza Constitución, Parque Chacabuco y Parque Avellaneda. Los azules le apoyaban: los colorados fueron derrotados. Guido oscilaba entre unos y otros. Saltó de su sillón.
En el medio radial la acción psicológica era instrumentada por el sociólogo José E. Miguens y por el periodista Mario Grondona.
La brutalidad pasó a ser ley. Los partidarios de Boca Juniors gritaban en las canchas: Melones, sandías/ a Boca no lo paran ni los tanques de Onganía.
Buenos Aires vivía en setiembre de 1962 un auténtico clima de guerra, siendo los militares colorados y azules quienes se disputaban la salvación del país…
El ascenso del general Onganía se daba en medio de combates en Plaza Constitución, Parque Chacabuco y Parque Avellaneda. Los azules le apoyaban: los colorados fueron derrotados. Guido oscilaba entre unos y otros. Saltó de su sillón.
En el medio radial la acción psicológica era instrumentada por el sociólogo José E. Miguens y por el periodista Mario Grondona.
La brutalidad pasó a ser ley. Los partidarios de Boca Juniors gritaban en las canchas: Melones, sandías/ a Boca no lo paran ni los tanques de Onganía.
Resume Gobello: En esta gran confusión, como dice el tango, llegamos al verano caliente (1962-1963), en medio de una gran sequía y con el aumento del costo de vida, en 50%, durante noviembre y enero. Entre rumores, contradicciones y ambigüedades, se quemaban los laureles que supimos conquistar y, como no podía ser de otra manera, la falta de democracia selló una vez más en canto de las gentes, prohibiendo la difusión de este tango en marzo.
Pocos años después, el dictador Onganía bendeciría al presidente Jorge Pacheco Areco, a bordo de una nave, en medio del gran río.
Como obsequio el pichón uruguayo recibiría una sofisticada metralleta.
El tango que se leerá se anticipó a aquel tiempo y su inicua prolongación: ¡Es la hora del asalto!, expresa un verso.
Mucho dolor y una bronca pertinaz, que aún recuperadas las libertades, levanta banderas de verdad y justicia.
Como obsequio el pichón uruguayo recibiría una sofisticada metralleta.
El tango que se leerá se anticipó a aquel tiempo y su inicua prolongación: ¡Es la hora del asalto!, expresa un verso.
Mucho dolor y una bronca pertinaz, que aún recuperadas las libertades, levanta banderas de verdad y justicia.
BRONCA
1962
Por seguir a mi conciencia/ estoy bien en la palmera/ sin un mango en la cartera/ y con fama de chabón./ Esta es la época moderna/ donde triunfa el delincuente/ y el que quiere ser decente/ es del tiempo de Colón./ Lo cortés pasó de moda / no hay modales con las damas;/ ya no se respetan canas,/ ni las leyes ni el poder./ La decencia la tiraron/ en el tacho a la basura/ y el amor a la cultura/ todo es grupo, puro bluff.
¿Qué pasa en este país?/ ¿Qué pasa mi Dios?,/ Qué os vinimos tan abajo?/¡Qué tapa nos metió el año 62!
¿Qué pasa?/ ¡Qué signo infernal/ lo arrastra al dolor?/ Ya ni entre hermanos se entienden/ en esta gran confusión…/Que si falta la guita…/Que si no hay más lealtad…/¿Y nuestra conciencia,/ no vale eso más?
Pucha, ¡qué bronca me da/ ver tanta injusticia de la humanidad!
Refundir a quien se pueda/ es la última consigna/ y ninguno se resigna/ a quedarse sin chapar…/ Se trafica con la droga,/ la vivienda, el contrabando…/ Todos ladran por el mundo…/ Nadie quiere laburar./ Los muleros van en coche,/ Satanás está de farra/ y detrás de la fanfarria/ salta y baila el arlequín…/ ¡Es la hora del asalto!/ ¡Métanle que son pasteles!/ Y así queman los laureles/ que supimos conseguir.-