TEATRO CON PERSONALIDAD
Escribe Walter Ernesto Celina
Escribe Walter Ernesto Celina
Hace 60 años, en un modestísimo local de la calle Mercedes, en el Cordón de Montevideo, nacía la Institución Teatral “El Galpón”.
El ilustre director Atahualpa del Cioppo le imprimió al emprendimiento la característica de entidad independiente y de vanguardia en su género.
Hoy, en su remozada sala de la Av. 18 de Julio, sigue ofreciendo obras de dramaturgia de todos los tiempos, en tres escenarios que integran su complejo cultural.
El ilustre director Atahualpa del Cioppo le imprimió al emprendimiento la característica de entidad independiente y de vanguardia en su género.
Hoy, en su remozada sala de la Av. 18 de Julio, sigue ofreciendo obras de dramaturgia de todos los tiempos, en tres escenarios que integran su complejo cultural.
El experimentado director Jorge Denevi, realiza la puesta en escena de Babilonia, la pieza del argentino Armando Discépolo (fallecido en 1971, a los 83 años).
Quince actores entran en acción, con veinticuatro más que cubren los restantes rubros de respaldo del espectáculo. Los elementos cuantitativos señalados dan idea del esfuerzo que permite plasmar la obra.
Quince actores entran en acción, con veinticuatro más que cubren los restantes rubros de respaldo del espectáculo. Los elementos cuantitativos señalados dan idea del esfuerzo que permite plasmar la obra.
Su creador fue una relevante figura del teatro y del cine rioplatense, hermano del inolvidable Discepolín, Enrique Santos Discépolo.
Cabe decir, de modo preliminar, que su padre fue un napolitano, director de la primera banda municipal bonaerense, generador de una familia instruida.
Cabe decir, de modo preliminar, que su padre fue un napolitano, director de la primera banda municipal bonaerense, generador de una familia instruida.
A los 18 años Armando Discépolo se entrega a la escritura teatral, encontrando el respaldo de Pablo Podestá, uno de los puntales de la actividad proscénica, de riquísima tradición en la gran urbe rioplatense.
Julián y Osvaldo Barsky señalan que el criollismo como corriente popular recibirá un fuerte impulso a partir del desarrollo del llamado“circo criollo” y de la consolidación de los sainetes. Estas eran precisamente, piezas en un acto, dramático-jocosas, de tono popular. Formaban parte del género chico, denominación que las apartaba del serio, cultivado por compañías extranjeras y operísticas.
En conversación con Elba López, señalaba Denevi que el término grotesco criollo fue acuñado por Discépolo para otro de sus sucesos: Mustafá, una forma de ver lo dramático a través de lo común. Él estaba dolido por la tragedia humana, de donde provienen la mentira, el fingir amor, la falta de honradez...Julián y Osvaldo Barsky señalan que el criollismo como corriente popular recibirá un fuerte impulso a partir del desarrollo del llamado“circo criollo” y de la consolidación de los sainetes. Estas eran precisamente, piezas en un acto, dramático-jocosas, de tono popular. Formaban parte del género chico, denominación que las apartaba del serio, cultivado por compañías extranjeras y operísticas.
Advierte el director que Babilonia refiere a una sociedad que funciona de determinada forma -para el tiempo en que fue escrita- pero, además, para una sociedad como ésta, de 2009!
Su ambiente está cargado de los elementos de la inmigración, qué tan importantes rasgos han marcado en el Plata, lo que no inhibe el traslado de situaciones a través del tiempo. Italianos, gallegos, alemanes, judíos. Pobres y medio ricos.
Las variantes dialectales fueron asumidas con puntillosidad, configurando los perfiles de un tiempo perdido, aunque aún latente.
En esta Babel del desorden y la confusión (de donde deviene el título Babilonia), surge la modalidad del sainete, transformado en grotesco criollo.
Comicidad y drama van de la mano y, por las hendiduras de la trama, Denevi busca a Discépolo para mostrar lo que llama bestialización del hombre en la miseria.
Las variantes dialectales fueron asumidas con puntillosidad, configurando los perfiles de un tiempo perdido, aunque aún latente.
En esta Babel del desorden y la confusión (de donde deviene el título Babilonia), surge la modalidad del sainete, transformado en grotesco criollo.
Comicidad y drama van de la mano y, por las hendiduras de la trama, Denevi busca a Discépolo para mostrar lo que llama bestialización del hombre en la miseria.
Sobre un inmenso escenario, aparecen dos ambientes unidos: un arriba -opulento y cargado de sugerencias-, y un abajo -muy doméstico- en que opera la servidumbre.
La música perfeccionada del tango, llevada a cabo por Julio De Caro, abre la primera página y, el final de fiesta, lo brinda la internacionalización del canto, con composiciones cantadas a capella por integrantes del elenco en varios idiomas.
¡Habría muchísimo más para decir!
¡Habría muchísimo más para decir!
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29.10.2009